La primera vuelta nos ha enseñado que el pueblo cuando se asa, se asa y cuando se vuelve tonto se vuelve estúpido. De entre 11 candidatos a la presidencia se ha elegido los dos extremos que más hemos temido. Dos candidatos con pasados tormentosos y con futuros impredecibles. Por un lado tenemos un militar con una cercanía hacia una Venezuela llena de problemas y por otro una mujer que estuvo a favor de la corrupción más grande que haya vivido el país.
No es de extraños hablar de estrategias o de alianzas para favorecer a un candidato. Más aún cuando la prensa 'independiente' forma parte de este comicio y se transforma en el quinto candidato (Ollanta Huamala, Keiko Fujimori, voto viciado, voto en blanco y prensa) y transforme la campaña electoral en una 'campaña de miedo y de ayuda a Keiko Fujimori'.
¿Qué es lo que pase? Lo que más se teme es lo que dice Alberto Vergara* politólogo de la PUCP: 'Si cada anti-fujimorista se convierte en un humalista y cada anti-humalista en un fujimorista la democracia se nos cae en una.' Y ese temor se vuelve realidad. Los que no quieren ver a Keiko en el poder darán su voto a Ollanta y lo mismo está ocurriendo en viceversa.
¿Qué camino deben los indecisos? Quedarse en su incertidumbre. Mil veces es una duda acertada a que una respuesta errada. Los dos candidatos son un riesgo extremo. Pero no es de irresponsables quedarse en la duda y elegir el voto nulo. Irresponsable es votar para darle la contra al que no quiero o al que me cae más simpático.
Se cuidan muchachotes.
0 comentarios:
Publicar un comentario